El Director Ejecutivo del Programa de Desarrollo para la Paz de Magdalena Centro (PDP), Javier Moncayo habló sobre las ESPERE, Escuelas de Perdón y Reconciliación que han desarrollado en la Carcel "Doña Juana" de la Dorada, y en otros espacios.
"Después de una guerra queda mucho dolor, ese dolor muchas veces se traduce en odio y deseos de venganza, ese dolor es incapacitante. La reconciliación después de una guerra contribuye a que el país salga mas rápido de los efectos no solo de la guerra, sino psicológicos o económicos" Afirmó Javier Moncayo.
Estas ESPERE son dirigidas por una organización liderada por la iglesia llamada Fundación para la Reconciliación que tiene más de 13 años de experiencia. Allí son establecidos dos fases , la de perdón y la de reconciliación, basadas en un ejercicio espiritual y personal profundo que se basa en el diálogo de los participantes en pequeños grupos, que consta pretende que estos traten de perdonarse a sí mismo y dejar a un lado ese odio.
"Los internos empiezan asumir una actitud distinta, son personas que han sido condenadas a muy largas penas y que por lo tanto están carentes de esperanza. Vemos alguien que odiaba y quería la muerte de otros, que de pronto empieza hablar un lenguaje distinto" Señaló Javier Moncayo.
En esta escuela se manejan dos ritmos, de onda larga y de onda corta, este último generalmente es dirigido a personas que están por fuera de la cárcel, allí se realiza dos talleres, el primero de dos días en el tema del perdón y un mes después el segundo de dos días también en el tema de reconciliación.
El de onda larga, que es el trabajado con los internos, es un proceso de interacción frecuente, pero más corta; es decir, son ejercicios de dos horas que se van desarrollando en un periodo de 6 meses.Este ejercicio de perdón y reconciliación está diseñado de modo que quienes participen se conviertan en replicadores de estas temáticas, con el fin de cubrir cada rincón de Colombia.